La gripe o influenza es, en la sociedad actual, una de las causas respiratorias agudas que mayor morbilidad y mortalidad produce. Se distinguen tres tipos de virus Influenza, A, B y C, según las características antigénicas de dos de sus proteínas internas. El A ha sido el más estudiado por ser el de mayor poder patógeno y epidémico. El B también es responsable de epidemias, mientras que el C tiende a producir casos esporádicos y clínicamente leves.
El virus se replica en las células epiteliales de todo el tracto respiratorio, particularmente en la mucosa nasal, tráquea y pulmones, pero casi nunca invade otros tejidos. Tanto la infección como la enfermedad son de rápida transición, con una duración máxima de la excreción y replicación del virus en los pulmones de 6-7 días.
Son miembros del Género Orthomyxovirus, dentro de la familia Orthomyxoviridae, y tienen forma irregularmente esférica. La envoltura contiene dos proteínas que le dan un aspecto característico, erizado de espículas: la hemaglutinina (H1-H15) y la neuraminidasa (N1-N9). La combinación de H y N designa el subtipo de cada virus gripal, por tanto, tienen una alta probabilidad de mutar y recombinarse. Son muy lábiles y poco resistentes en el medio ambiente (luz, sequedad, etc) destruyéndose fácilmente por el calor (70º C), por lo que la vía fundamental de transmisión es la orofaríngea a través de los flujos bucales y nasales, no por consumo de alimentos debidamente cocinados.
Las infecciones gripales oscilan entre asintomáticas leves y enfermedades graves con síntomas tanto en el tracto respiratorio superior como en el inferior (fiebre, escalofríos, cefalea, mialgias, dolor de garganta, malestar general y anorexia).
A diferencia de otros hospedadores del virus de la influenza, el cerdo también es susceptible a los de la enfermedad en los humanos. Esta particularidad hace del porcino un hospedador ideal para la coinfección y redistribución de estos agentes (tanto de origen aviar como humano y otros mamíferos) al tener receptores en su tráquea, por lo que constituye un “vaso de mezcla” genética ideal para establecer nuevos linajes de virus. El salto de barrera de especies es un evento raro pero posible, y así lo han demostrado los recientes brotes de gripe aviar.
El virus causante del actual problema sanitario humano, está básicamente constituido por un mayor porcentaje de fracciones víricas recombinadas de origen humano y en menor proporciones de porcinos y de aves. Por lo tanto es un agente con adaptación inicial a las personas, en las que está causando el cuadro patológico. Posiblemente, a medida que circule en la población humana, el proceso podría agravarse, aunque evidentemente podría suceder lo contrario y pasar como leve y esto es lo que justifica los sistemas de alerta puestos en marcha por la OMS y las Autoridades Sanitarias.
Como pasó en 1918, la nomenclatura de la enfermedad usada corrientemente induce a error, pues en aquella situación se la denominó "Gripe Española", pero, contrariamente a lo que se cree, no se originó en España, sino en Estados Unidos, al menos eso afirma el doctor Warren Vaughan (1892-1944) en su obra “Influenza: An epidemiological study”, en la que dice que el nuevo organismo apareció en un campamento militar de Kansas (Estados Unidos) el 4 de marzo de 1918.
Ahora se le está denominando "Gripe Porcina", cuando se debería llamar "Gripe Humana Mejicana o norteamericana". No olvidemos que esta falsa denominación, indirectamente está incidiendo sobre el sector porcino (comercio y consumo de carne de esta especie), que actualmente sufre una grave depresión. Por ello es una obligación de todos y en especial de las Administraciones y los medios de comunicación no inducir a errores o falsas alarmas.
Fdo. Academia Ciencias Veterinarias de Extremadura
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